Publicado el: dentro de: Columnas Por Matias Lozano
DESDE QUE hay hombres y mujeres sobre la tierra, hubo acoso. Recuerdo la canción de una vieja ronda: “Por aquí pasó, por allá dio vuelta, me dejó una carta, la dejó en la puerta, pero yo le digo, que no me ande hablando, porque mi mamá me está vigilando”. Es decir, el sistema es el mismo, lo que evidentemente ha cambiado son las herramientas, pero lo que ha disminuido es la vigilancia. Siempre habrá quienes busquen en extraños el afecto que crean no tener en su familia, pero no podemos olvidar que parte de esa vulnerabilidad surge precisamente porque en esa etapa de la vida se es por naturaleza “trágico”, “melodramático”…
EN LA NIÑEZ, EN LA adolescencia,
en la juventud hombres y mujeres son vulnerables, corren riesgos, están
expuestos a muchos peligros, es difícil establecer quien más o quien
menos, si bien se tiene la idea de que lo son más las mujeres, por
cuestión de género, considerado precisamente como “sexo débil” hasta no
hace mucho, cuando algunos grupos empezaron a afirmar que no lo es…
POR FORTUNA LO más de las veces las consecuencias
son sólo corazones rotos y hasta algunos vientres inflamados
(recordemos que en Aguascalientes tenemos las cifras más altas en madres
solteras y en suicidios, de lo cual algo habrá en nuestra
idiosincrasia: en el agua que bebemos, en la forma de que nos llegan los
rayos del sol, o por el Chan del agua, que son aspectos aún no
investigados por los Sociólogos); pero las cosas pierden su dimensión
cuando la brutalidad se hace presente…
PARA LAS VÍCTIMAS no hay remedio
(“La muerte es lo único que no tiene solución”) y para las familias
lastimadas no hay más consuelo que el que por sí mismas puedan
procurarse por su fe, sus convicciones; sin embargo hay una forma de
hacer que el sacrificio de esas dos jovencitas -Andrea Nohemí Chávez
Galván, de 17 años de edad, y Katy Pérez Rivas – no sea estéril:
haciendo nuestra, como padres, hermanos, tíos, abuelos, primos, amigos
la lección que ellas ya no podrán aplicar para su propio beneficio,
porque con ello podremos salvar muchas Nohemís, muchas Katys..
DESGRACIADAMENTE –lo doy por hecho-
quienes no lo sufrimos en carne propia lo habremos olvidado en una
semana, en dos, en tres, porque ciertamente nadie experimentamos en
cabeza ajena. Hay indignación, ciertamente: no pocos lectores han
expresado su deseo vehemente de que los asesinos sean muertos, que se
les apliquen las peores –muy antiguas- formas de muerte, pero las leyes
mexicanas lo prohíben; si se trata de castigar el barbarismo, no puede
aplicarse la ley de Talión. Además, la muerte les sería un castigo leve,
la cárcel, no. Incluso las autoridades no lo ignoran, que deberán
asignar una vigilancia especial a los homicidas, a quienes hayan sido,
porque entre los delincuentes hay “clases”, y los mismos convictos
forman en la tierra el jurado que evita que muchos juicios tengan que ir
hasta el “Tribunal superior”…
ENTRE LAS PRIMERAS
reacciones de la sociedad vimos incluso, sugerencia de sanción para
quienes, basados en los elementos disponibles sostuvimos hasta el último
momento la tesis de que Andrea Nohemí estaría viva, contra la de otros
que desde siempre la dieron por muerta. Hoy entendemos que el interés de
las autoridades en alimentar la idea de que estaba viva pudo ser para
que se confiaran los involucrados en su desaparición y cometieran algún
error que permitiera descubrirlos. Pero además ¿que se pedía en mantas y
cartulinas en la manifestación que concluyó en la Plaza de la Patria
con la liberación de globos blancos? “Ayúdenos a que regrese Andrea
Nohemí”; no pedían: “Ayúdenos a encontrar el cuerpo de Andrea Nohemí”…
¿CUANTOS HOMICIDAS, cuantos culpables
hay de la muerte de las dos jovencitas? No lo sé, pero entiendo que si
la novia de Arturo Joseph hubiese sido honesta consigo misma, se habría
evitado el asesinato de Katy. Sin embargo, para proteger a su novio,
encubrió su fechoría, y al último se queda sin novio y sin libertad, y
con un enorme peso en su conciencia….
DEBEMOS APRENDER DE la
lección que nos han dejado con su muerte Andrea Nohemí y Katy,
debiéramos llevar una flor a sus funerales (no se ha determinado la
fecha) y a su tumba, o al menos elevar una oración para ellas. Todavía
falta que entendamos la lección que esta tragedia nos deja. Sea con
cartitas o sea con “redes sociales”, el humano no cambia, seguimos
teniendo las mismas necesidades, las mismas pasiones, las mismas
debilidades. Por cierto, para quien no les queda claro: lamentar el
trágico final en el caso de Andrea no significa que se estén ofreciendo
disculpas por haber deseado que regresara viva…
LA PROCURADURIA General de Justicia del Estado,
los elementos que participaron en las investigaciones, merecen un
reconocimiento. No porque “para eso les pagan” debe pasarse por alto el
mérito. Tuvieron la lucidez necesaria, el instinto para hallar las ligas
entre los factores que llevarían al esclarecimiento del caso. El
asesinato de Katy aceleró los tiempos, para la comisión de errores por
parte de los autores, no hay crimen perfecto, gracias a que hay la
sagacidad para detectar esos errores. Los sujetos vendieron o empeñaron
objetos que eran de sus víctimas: computadora, cámara fotográfica, un
teléfono, y otros los conservaron para ellos…
DIJO EL FISCAL, FELIPE de Jesús
Muñoz, que a la Averiguación Previa integrará exámenes sicológicos que
lleven a determinar el grado de peligrosidad de los detenidos, y
adelanta que evidentemente, “son muy peligrosos”. De la novia de Arturo
Joseph, dijo saber que “la jovencita mintió, y ya también la presentamos
a declarar, porque mintió”. De la versión que sostuvo hasta el último
momento, dijo el Procurador: “Yo alguna vez hablé con sus papás y les
decía que el mejor escenario que podríamos tener, es que se hubiera ido
con un amigo, o el novio”…
ARTURO JOSEPH conoció a Andrea en una convención de Comics,
fueron novios algunos meses, se reencontraron el 27 de julio en el
Parián, la llevó a su departamento, ahí cerca, en Pedro Parga, hubo
reclamos de ella por el abandono, dice el presunto homicida que ella lo
golpeó y en respuesta, le aplicó una llave en el cuello con el brazo,
privándola de la existencia. La policía lo interrogó como principal
sospechoso, pero presentó una coartada que su novia la misteriosa, que
nadie conoce, “validó”….
LUEGO VENDRÍA LA planeación del
ataque a Katy, otra “conquista”, vía Facebook, del mismo Arturo Joseph, a
quien la joven dejó entrar a su casa en el fraccionamiento Panorama,
frente al panteón Jardines Eternos, y éste a su vez franqueó el paso a
su cómplice Álvaro Antonio Campos Picazo, a quien prácticamente se la
entregó para que la matara. La finalidad era saquear la vivienda y no
dejar testigos. Sus padres estaban de vacaciones y su hermano vive
independiente…
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